Alejo o «no sin mi escaño»

Este verano se enteraba toda España de lo que era conocido por buena parte de la militancia de VOX desde que se perdieran las elecciones europeas. Y digo perdieran porque no conseguir tus objetivos, esto es, que Alejo pudiera seguir 5 años más viajando en business, es un fracaso. Claro que, lo mismo, uno de los motivos por los que no se consiguió fue porque muchos nos olimos esa tostada y preferimos quedarnos en la abstención para verle viajar en turista. 😉

Y lo que se veía  que iba a venir sucedió. Con la excusa de una enmienda a unos estatutos, que al parecer son para un sector de VOX lo que el Corán para el Estado Islámico (no es coña), presentada por una militante de base a la que se estigmatizó llegando incluso a poner a la enmienda su nombre y siendo insultada en redes sociales o teniendo que soportar visitas a su puesto de trabajo por parte de compañeros de formación, las dos almas que residían desde su fundación en VOX, la joven y la más antigua, salieron a la luz.  Por cierto, la afiliada arrasó en una votación pero alguien no se enteró que alguien había dicho que alguien había inscrito algo de 2/3 e increíblemente la directiva decidió que la parte contratante… así todo el verano. Penoso.

La más perjudicada, la más directa que va de frente y con principios: Cristina Seguí. Contra ella, repugnante linchamiento machista, en muchos casos protagonizado por mujeres en cuyos traseros se puede hacer paella para 50 personas.

Y tanto linchamiento provoca que Seguí salga en agosto a la palestra de la mano de El Mundo y ponga en duda la rectitud ética del comportamiento de José Luis González Quirós. Eso después de que un buen grupo de seguidores de Alejo hubiera estado poniendo a caer de un burro a Abascal incluso rescatando artículos de El Plural, lo que sin duda debe de figurar en el artículo 33 del manual de buenas maneras del manifiesto.

Abascal ha guardado silencio hasta hoy, lo que en mi opinión fue un manifiesto error que ha permitido hacer crecer «la bola». Me parece que de comunicación están peor que el PP, que ya es decir.

Desde ámbitos cercanos al presidente en funciones tras la marcha de Alejo («yo me voy», me cuentan que dijo, tirando con desprecio las cuentas encima de la mesa en una reunión del comité ejecutivo celebrado poco después del fracaso electoral), se empezó a soltar la trola de que Mario Conde, al cual algún pirado incluso afirmó haber visto en la sede de Vox mientras el abogado del Estado tuiteaba desde el sur de Francia, habría llegado a algún acuerdo extraño, de la mano de militantes de base de VOX (los ex SCD con cargo, como Antonio de la Torre o Ariadna Hernández lo tenían de la mano de Alejo), para hacerse con el partido junto a Santiago Abascal.  Hay que estar muy fumado o ser muy sectario para tragarse semejante conspiranoia. Pues lo hicieron. Incluso algún medio digital en manos del cuñado de alguien. Que nos conocemos, pimpollos.

http://twitter.com/ManifiestoVox/status/504853788113776640

El caso es que todo esto viene de errores de principio. Fue un error querer montar un partido de bases, máxime cuando se sabe que a estos proyectos llegan rebotados o frikis de otras formaciones, trepas de todos los colores y mediocres de los que creen que llevan un abogado, un político y un community manager dentro desde que nacieron.

candidatofriki2

La campaña, por su parte, fue un absoluto desastre. Pero absoluto. Tanto en redes sociales, en donde aburrieron al personal, como en la cartelería electoral que parecía la de Landelino Lavilla de moderna que era, como desde el punto de vista de los medios.

Vox, además, lleva desde su nacimiento mirándose el ombligo, sin ofertar nada a la sociedad. Bueno, no es exactamente así, ofertan cosas, pero la única que ha llegado nítidamente es la de la liquidación de las autonomías. Del resto  de propuestas nada se sabe.  Del aborto mejor ni hablar, que menuda lió el presidente en funciones en campaña electoral. Yo estuve presente. Eso sí, que tienen un artículo 23 en los estatutos, no hay tuitero que no lo conozca.

curiel

La cosa ha culminado estos días atrás, yo no sé si Abascal es consciente del favor que le ha hecho Seguí, que no merece etiquetas como «incontrolable», con la traición pública de Alejo «no sin mi escaño» a VOX. Parece que ahora busca hueco en UPyD (¡bien!) o en Ciudadanos (¿qué habrán hecho para merecer eso?).

Al final, no eran SCD y Abascal, eran Alejo y UPyD. Si es que…

Y ahora me dirán ¿tiene esto solución? Difícil. Es verdad que hay muy buena gente, valientes que llevan más de 20 años jugándosela como Abascal para que ahora venga el tonto de Carlos Pascual (¿qué es la fundación FIEES?) a insultarle, o liberales decentes como Iván Espinosa o gente con principios como Seguí, que merece la pena.

El 20 de septiembre VOX elegirá presidente, ganará Abascal y los liantes se irán con la música a otra parte,  acusando a los ganadores de pucherazo o lo que se les ocurra. Esa película ya la conocemos.

Lo malo es que la marca, bien que siento decirlo, no es que esté quemada, es que está achicharrada. Eso por un lado. Y por otro, que estos días se ha percibido nítidamente una ausencia total de liderazgo político. Creo que lo van a tener muy complicado. Aunque yo, que no les voto, les deseo suerte.

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Parece ser que la oposición a Abascal no ha encontrado a nadie que sepa leer y escribir. Qué nivel. La candidatura «No a la RAE».

delatorre2

Y he aquí al candidato alternativo…

ramoncalvo

1 comentario en “Alejo o «no sin mi escaño»

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