O eso piensa Laura Galiana, concejal del PP en Palafrugell, que votó a favor de que la bandera separatista ondee (vulnerando así las leyes y traicionando a 10 millones de votantes) en el balcón del Consistorio.
Luego, conocida la barrabasada zentrista, vinieron las excusas de mal pagador: fue un acto de «buena voluntad» y la han engañado. Y los zen se lo habrán creído.
A estas horas Sánchez Camacho no ha dicho ni esta boca es mía ni ha anunciado la apertura de expediente a esta concejal que se pasa la ley por el forro de sus entretelas. Tampoco Génova 13 se ha pronunciado. Quien calla, otorga.
Cada día está más claro: el PP se ha convertido en un partido infumable; en una mala caricatura del PSOE o, lo que es lo mismo, en un partido gallardonita, en el colmo del zentro.
Es la libertad de expresión, idiotas 