Domicilio de la familia alemana que viajaba en el vuelo de Spanair siniestrado.
En todos los medios españoles que he consultado leo que de la familia alemana que habría perecido en el accidente (digo habría porque aún no habría confirmación oficial aunque sí se sabe que iban en el avión y que no están en la lista de supervivientes) no se sabe nada, salvo que procedían de Baviera y que eran los padres y dos niños.
Bueno, los datos están aquí referenciados y enlazados DESDE AYER. Se trata de una familia de Pullach (Munich/Baviera) apellidada, según la lista de pasajeros facilitada por Spanair, Mrotzek compuesta por el padre, Gerd (50 años), la madre, Claudia (38 años) y dos niños (Lukas de 5 años y Niklas de 8 años). El más pequeño formaba parte del equipo de fútbol SV Pullach.
Como ya os he contado ayer, la policía alemana se presentó en el domicilio familiar, compartido con el abuelo de los niños, y se enviaron muestras de ADN a España. Los allegados están siendo atendidos en Pullach por un equipo de psicólogos. El fallecimiento aún no ha sido confirmado.
Para saberlo no hay que ser un genio. Basta con leer un poco los medios alemanes. Pero así es la prensa española. Que repican lo que el becario de la agencia de noticias envía sin más. Y el becario, evidentemente, no sabe alemán. Es más, ahora mismo tenemos nuevo y gran experto en catástrofes aéreas ocupando algunas portadas. Debe ser que esta es la última noticia repicada por EFE o algo así. Claro que también tenemos a Emilio Valerio, conocido fiscal progre tipo Bermejo hasta hace nada encargado de Medio Ambiente y Urbanismo en la Comunidad de Madrid, que ya anda haciendo declaraciones a la SER. Según él una catástrofe aérea se ventila en un mes. ¡Qué país!
Otros, se dedican a hacer el miserable. Ayer un programa de Telecinco , la misma cadena que emite las uvas en diferido si es necesario, no tuvo mejor idea que tomar el vuelo JK5022 y filmar a las azafatas conmocionadas en el momento del despegue. Todo ello aderezado con comentarios morbosos. Pero qué asco que dan. Lo cierto es que algunos medios están dando la talla. La que de ellos se espera.